Nadie a estas alturas del «cuento» -y nunca mejor dicho- defiende ya que la Transición española fuera en el sentido democrático «modélica» ni mucho menos «pacifica»: varios cientos de muertos asi lo atestiguan, al igual que la continuidad del ADN fasciofranquista en la nueva «democracia» viene atestiguada por la continuidad hasta el dia de hoy de la impunidad para quienes los mataron.
Uno de los hechos más significativos –y terribles – es el que costó la vida a Luis Cobo Mier, Luis Montero García y Juan Mañas Morales, detenidos por la Guardia Civil tras ser erróneamente identificados como militantes de ETA. Al día siguiente, los cadáveres de los tres aparecieron dentro del coche en el que viajaban, calcinados y agujereados por múltiples balas: era lo forma en que sus captores intentaban borrar las huellas de las brutales torturas a las que habian sometido a aquellos tres jóvenes antes de asesinarlos. Era la madrugada que transcurre entre los días 9 y 10 de Mayo de 1981 y desde ese dia y merced a la hasta hoy sostenida impunidad la Verdad, la Justicia y la Reparación tienen una cuenta pendiente -una más- en tierras de Almeria.
De todo ello hemos hablado con Francisco Mañas, hermano de uno de los asesinados, y con Mariano Junco, militante en aquellos dias de la izquierda consecuente almeriense y miembro del «Comité de Denuncia y Apoyo a los Familiares». Aqui, en «La Memoria»