Antonio Rosón sería poco después el primer presidente de la Xunta de Galicia y su hermano Juan José Rosón, gobernador civil de Madrid en el momento que Interviú publicaba el reportaje, seria Ministro del Interior de UCD en 1980.
La revista seria «secuestrada», esto es retirada de los kioskos por orden gubernativa y su entonces director Antonio Álvarez Solís y el periodista José Luis Morales serían condenados por la sala Segunda del Tribunal Supremo a penas de 20 y 15 meses de cárcel, respectivamente. Treinta años después, en 2007, el historiador gallego Dionisio Pereira era procesado tras una denuncia interpuesta por los familiares de Manuel Gutierrez, ex-alcalde franquista y jefe de Falange del pueblo de Cercedo al que Pereira señalaba como implicado en la represión sangrienta en ese pueblo.
Tanto Rosón como Gutierrez eran dos de los ejecutores en uno u otro grado del plan represivo puesto en marcha en Galiza contra la base social republicana y nacionalista tras el golpe de estado del 18 de Julio de 1936, dos de esos verdugos «que nunca existieron» porque la impunidad les ha amparado tanto en los cuarenta años de dictadura como en los cuarenta de democracia ocultando no sólo sus actos sino tambien sus nombres.
Ahora un libro ha venido en Galiza a romper ese pacto de infame de hablar a media voz, de mencionar a nuestros muertos pero nunca a sus asesinos. LLeva por titulo «Os nomes do terror. Galiza 1936. Os verdugos que nunca existiron» y en el han tomado parte varios historiadores gallegos que han documentado hechos y responsables en las diferentes zonas gallegas. De todo ello hemos hablado largamente con Xose Ramón Ermida, unos de los autores.