Tras el Golpe de Estado del 11 de Septiembre de 1973 se instauró una negra noche en todo Chile al amparo de la cual se puso en marcha una criminal estrategia de persecución política y social que buscaba acabar con los distintos movimientos, partidos políticos y colectividades que habian mostrado su adhesión al Gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende y posterior oposición a la Dictadura. Como parte de esa estrategia de Terrorismo de Estado fue habilitada una brutal geografia de centros de secuestro, tortura y exterminio, por donde pasaron miles de chilenos durante todo el periodo dictatorial muchos de ellos para no volver nunca.
El Cuartel Terranova, conocido tambien como «Villa Grimaldi» por haber ocupado el espacio de una antigua villa señorial no lejana de Santiago, se instaló oficialmente a partir de 1974, aunque ya habia comenzado a operar parcialmente a fines de 1973 a cargo de uno de los brazos de la DINA, la Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM) encargada de la represión en la ciudad de Santiago. Ese fue uno de los centros de detencion donde se vivieron las más crueles prácticas de violaciones a los Derechos Humanos por parte del Estado chileno contra sus ciudadanos. Se estima que, durante los cinco años de funcionamiento de este centro (1973-1978) pasaron por él alrededor de 4.500 personas de diversos orígenes: militantes de izquierda, trabajadores, trabajadoras y estudiantes. Hombres, mujeres y niños, de los cuales 22 fueron asesinados y 214 permanecen hasta hoy como detenid@s (as) desaparecid@s.
Nubia Becker Eguiluz fue militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) detenida, torturada y sobreviviente de Villa Grimaldi, y actualmente testigo de cargo en numerosos procesos seguidos contra criminales de aquella dictadura. Tambien ha escrito varios libros entre ellos «Una mujer en Villa Grimaldi» estremecedor testimonio de su paso por aquel infierno “un centro de tortura y muerte donde se dieron cita buena parte de los personajes más oscuros, criminales y abyectos que se encargaron de llevar a la práctica la política de exterminio de Pinochet».