Cuando utilizamos la palabra “holocausto” en el contexto histórico del Tercer Reich (1933-1945) habitualmente se da por sentado que nos estamos refiriendo a las politicas de persecución y exterminio que el nazismo desarrolló contra los judios. Sin embargo y por más que ese fuera el holocausto “mayoritario” ese régimen criminal tambien llevó a cabo otros holocaustos “menores”. Uno de ellos fue el “holocausto rosa” término con el que se nombra la persecución de homosexuales por parte del Tercer Reich y la represión sobre este colectivo sigue siendo el gran desconocido del horror nazi tal vez porque las víctimas sufrieron doble o incluso triple acoso: por parte de sus captores, de sus compañeros de prisión y, en muchas ocasiones, también de sus familias, lo que reforzó su aislamiento y contribuyó a silenciar su sufrimiento.

Los nazis atendiendo a su fascismo racial quisieron eliminar de Alemania el “vicio” de la homosexualidad porque veían a los homosexuales como personas que probablemente no produciría hijos y no contribuirían a aumentar la tasa de natalidad alemana por lo que sostenían que la homosexualidad era un peligro para la raza por ello el 28 de junio de 1935, el Ministerio de Justicia nacionalsocialista incluyó en el Código Penal una base legal para extender la persecución de los homosexuales donde se ampliaba la categoría de las “actividades indecentes criminales entre hombres” al incluir cualquier acto que pudiera ser interpretado como homosexual subrayando posteriormente los tribunales que bastaba hasta “la intención o el pensamiento”.

Con ello en la mano el brutal régimen de terror, delación y tortura que instauró el nazismo hizo que más de cien mil hombres fueran señalados como merecedores de llevar el “triangulo rosa”, el simbolo utilizado para marcar a los homosexuales en los campos de concentración nazis. De ellos, 60.000 fueron a prisión y más de 10.000 fueron deportados a campos de concentración, la mayoría de los cuales murieron asesinados en campos de exterminio o a causa de las condiciones infrahumanas que padecieron en los internamientos forzosos.

Para hablar de ello hemos tenido con nosotrxs a Ricard Huerta, artista visual y catedrático de Educación Artística en la Universitat de València y autor de libros y artículos en revistas especializadas en arte, creatividad, educación, patrimonio y estudios LGTBI, movimiento en el que milita desde hace muchos años.

Y con ello, como en cada programa, un fragante ramo de musicales rosas rojas.

Aqui, en “La Memoria”.

https://archive.org/details/230615-holocausto-rosa

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