La semana pasada empezábamos esta novela reciente, pero al leerla al completo hemos descubierto ciertas cosas que no nos terminan de gustar en su estructura. Una confusión de niveles en las dos historias que cuenta, autoficción dentro de la autoficción. Problemas con el ritmo, con los personajes. En fin, tiene interés, pero nos gustó más la obra teatral.
Volvemos a la carga con este autor de Algorta que transforma, extiende y adapta a novela las historias contadas en «Los Gondra» y «Los otros Gondra». Autor teatral de éxito ya, internacionalmente conocido por muchas obras galardonadas con premios diversos.
Lo vimos hace años en las tablas del Teatro Arriaga interpretándose a sí mismo en autoficción teatral. La autoficción es un género un tanto híbrido que funde autobiografía y ficción. Es ficción con base autobiográfica, maestro en ella es Emmanuel Carrere recientemente galardonado con el Príncipe de Asturias de las Letras. En este caso Borja parte de su propia historia y su propia familia y la ficciona con lo que pudo ser, con lo que pudo haber pasado. Por un lado esto provoca un morbo y curiosidad, una intriga en el lector, pero sobre todo aprovecha las mentiras de la novela para contar las grandes verdades del corazón.
Escuchamos a Borja presentar su libro en la biblioteca de Bidebarrieta y es un buen comunicador, se nota que trabaja el teatro y la escena pública no lo arredra. Únicamente el escritor que lo presentaba casi pretendía robarle un poco el foco, haciendo un coloquio más que una presentación de libro.
Aquí asistimos a la vida del traductor Borja afincado en Nueva York que recibe una llamada de su prima lejana de Algorta que pone en marcha un regreso a la casa paterna, por otro lado este escritor narra en una novela, «Nunca serás un verdadero Arsuaga», la historia de su familia, de su hermano, de sus padres, del clan. Es bastante explícito en su retrato del horror de convivencia que tuvimos durante los años 80, 90, 2000 casi. Y atrapados por este devenir nos gusta presentaros este libro para que sigamos recordando, para que no olvidemos, para que sintamos esas dinámicas familiares que son tan tabú, y que curiosamente han desencadenado un inmenso interés en series y novelas como Patria. No tiene nada que ver con aquella historia, pero tiene puntos en común, el pueblo, dos familias enfrentadas, los desencuentros, la distancia… El deseo de reconciliación y la dificultad de esta.
Bromeando al terminar en la dedicatoria del libro, le dije: «Borja, ¿para cuándo la serie?». Él con una media sonrisa contestó:»¿Quién sabe? Eso no depende de mí.»
Así que si quieres ya leerte el libro para cuando aparezca la serie, anímate. Nosotros te presentamos una degustación de capítulos que te presentan la historia y el sabor y melodía de su prosa.
El swing hoy de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong y algunos temas vascos:
