Concluimos el repaso a uno de los géneros pioneros de los videojuegos con su ocaso desde los años 90, donde por motivos tecnológicos y la evolución del mercado el público mayoritario dejó de prestar atención a los shoot’em ups. Por eso motivo el género evolucionó hasta convertirse en una propuesta aún más radical: el bullet hell o danmaku.
La compañía japonesa CAVE se especializó en esta nueva tendencia minoritaria gracias a la saga DoDonPachi, que convirtió sus infernales tiroteos en su razón de ser. Poco después, la mítica Treasure se subió al carro del shmup de manera tardía pero con dos obras maestras que aún perduran y que trascendieron el género con Radiant Silvergun y, sobre todo, Ikaruga. En los últimos años hemos tenido más marcianitos surgidos del terreno independiente, como Crimzon Clover, Jamestown, eXceed o Resogun. ¿Volveremos a ver algún día un juego de este género alcanzar la popularidad?